Serie Historia de la Navegación – Tercera colección
La Serie Historia de la Navegación – Tercera Colección está compuesta por los siguientes cuatro navíos:
Carabela
Portugal y Castilla inician su expansión ultramarina en el siglo XV, con la carabela, alcanzando su momento más esplendoroso en el XV y principios del XVI. Parece que su nombre deriva de una palabra árabe –gârib o carabo- que designaba una embarcación bizantina.
Las carabelas fueron las naves de los descubrimientos geográficos en los siglos XV y XVI de portugueses y españoles. Carabelas famosas fueron la Pinta y la Niña, del primer viaje de Cristóbal Colón a América. Del siglo XVII, Nuestra Señora del Buen Suceso y Nuestra Señora de Atocha que realizaron el viaje descubridor por la América Austral.
Galera siglo XVII
La galera ha sido el barco principal, durante más tiempo, de las flotas de guerra del Mediterráneo. De la galera se tienen noticias desde los tiempos de Homero y se mantuvo desde la antigüedad (birremes y trirremes) hasta principios del siglo XIX.
Debido a que en el Mediterráneo los combates que entonces se libraban eran de creyentes contra infieles, el dispositivo de los cristianos se llamaba formación de cruz, y al otomano de media luna, pues los extremos de las alas solían adelantarse con respecto al centro. La victoria era casi siempre del que mejor utilizaba la artillería ligera y las armas blancas en el abordaje, siendo primordial para alcanzarla el combate cuerpo a cuerpo.
Navío del siglo XIV
Los vascos introdujeron este tipo de barco, que llamaban coca, en el Mediterráneo a principios del siglo XIV. Las cocas empleadas por la Hansa, de un solo palo y vela cuadrada, dedicadas al comercio, podían llevar hasta 200 toneladas de carga, diferenciándose de las construidas más al sur, en las que la proa era curvada y, en general, estaba más adaptada a las aguas abiertas del Cantábrico y del Atlántico.
La actividad durante el siglo XIV en el océano Atlántico sirvió para confirmar a los europeos, en particular a los reinos de Portugal y Castilla, que para esas aguas más profundas y bravas se necesitaban barcos de mayor entidad que los que se empleaban el Mediterráneo. En busca de mayor estabilidad, los cascos tienden a acortar la eslora y a ampliar la manga, dándole al barco el aspecto de una cáscara de nuez; la fuerza motriz es la vela, por lo que se le dota con uno, dos y, más raramente, tres palos, en los que se arbolan por lo general velas cuadradas y, en algún caso, en el de mesana podía llevar vela latina, triangular.
LDH Juan Carlos I
Siendo el buque insignia de la Armada, tiene su base en Rota (Cádiz). En el 2018 transportó fuerzas del Ejército de Tierra, incluyendo helicópteros pesados Chinook, a Kuwait, para su despliegue en Irak.
Construido según diseño propio por Navantia en su factoría de Ferrol, es un buque similar a los americanos de la clase Tarawa, con capacidad anfibia -con dique inundable y playa para varada- y aérea –con cubierta de vuelo y hangar-, por tanto, del tipo LHD (Landing Helicopter Dock).
Las obras que se representan en las monedas se conservan en el Museo Naval de Madrid y a la Armada Española.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.