Escudo de Ávila
El escudo de Ávila consiste en un campo rojo en el que aparece representado el rey Alfonso VII en el ábside de la Catedral de Ávila junto al lema: «Ávila del Rey, de Los Leales, y de Los Caballeros». El blasón del escudo posee la siguiente descripción heráldica: «Escudo enmarcado sobre cartela. En campo de gules, el cimorro de la Catedral, mazonado en su color, por el que asoma un rey niño que esgrime una espada en su mano diestra y una bola del mundo en la siniestra.»
La bandera de la ciudad consta del escudo de esta sobre fondo púrpura. Durante la Guerra de la Independencia Española el regimiento de Voluntarios de Ávila empleó otra bandera como insignia, que constaba de un paño blanco con la cruz de San Andrés, escudos de la ciudad, dos leones con corona y la leyenda «Por Fernando VII. Voluntarios de Ávila».
TÍTULOS:
- «Ávila del Rey». Concedido por Alfonso VII en virtud a ser la ciudad en la que vivió durante su niñez y que le protegió de los intereses de su padrastro, Alfonso I el Batallador, rey de Aragón.
- «Ávila de los Leales». Otorgado por Alfonso VIII, en circunstancias similares. Se debió al apoyo de la ciudad al joven rey, donde permaneció refugiado desde los 5 años hasta los 11, huyendo de la persecución de su tío Fernando II de León, en primer lugar a San Esteban de Gormaz, luego a Atienza y, finalmente a la susodicha ciudad de Ávila.
- «Ávila de los Caballeros». Concedido por el monarca Alfonso XI, el cual fue refugiado en Ávila cuando contaba con un solo año de edad, en esta ocasión en la catedral de la ciudad.
Muralla de Ávila
Se inició su construcción a finales del s. XI a instancias del rey Alfonso VI de León, el cual encargó al conde Raimundo de Borgoña repoblar los territorios «de nadie» y fortificar Ávila, Segovia y Salamanca. Las obras duraron solo 9 años, de 1090 a 1099. Se cree que esto fue debido a que antes había existido un campamento militar romano, con el cual coincide en forma y proporciones. La muralla romana original tendría un perímetro inferior al actual, dado que la capital del centro y noroeste peninsular era León, y, en consecuencia, la de Ávila no sería mayor. En apoyo a esta tesis se encontraron numerosas piezas reutilizadas procedentes de un cementerio romano.
En el s. XIV se hicieron reformas para aumentar la eficacia defensiva de los muros. Se arreglaron las puertas y se levantaron los lienzos de algunos lugares hasta la altura de las torees, unos 15 metros. Se construyó una segunda barrera de menor tamaño que hacía de barbacana en la cual se dispusieron troneras para armas de fuego.
Las murallas han sufrido modificaciones a lo largo de la historia desde labores de mantenimiento rutinario hasta trabajos de restauración de principios del XX. No fue hasta 1982 cuando se pudo dejar la muralla libre de casas adosadas.
El 24 de marzo de 1884 se declaró Monumento Nacional lo que permitiró que se considerase necesario su conservación. Desde 1982, fue declarada Conjunto Histórico Artístico y desde 1985, Patrimonio de la Humanidad.